En el año 2006, cuando se estaba
en pleno debate de la Ley Orgánica de Educación, en la mayoría de las tertulias
radiofónicas o en las columnas de la prensa escrita se polemizó casi
exclusivamente sobre la Educación para la ciudadanía y los derechos humanos (ECDH)
que, por cierto, así es como se denomina.
Ahora,
con el cambio de gobierno y, por consiguiente, de línea ideológica, se vuelve a
hablar de educación. Para reformarla, claro. Y nuevamente el discurso se vuelve
a centrar la ECDH. Hay que eliminarla porque dicen que es un medio de
adoctrinamiento socialista. Ahora se quiere sustituir por otra asignatura
similar, la Educación cívica y constitucional. Me imagino que, por la misma
regla de tres, se puede pensar que esta área será un instrumento de
adoctrinamiento conservador.
Dudo
mucho que un área que se imparte exclusivamente en quinto de Educación Primaria
y en tercero de Educación Secundaria Obligatoria y con una dedicación semanal
de una hora sea el origen de todos los problemas que acechan a la educación.
Durante
este curso estoy impartiendo ECDH en mi centro. Se me ha adjudicado simplemente
por cuestiones de ajustes de horario, por el mismo motivo se le podía haber
encargado a cualquier otro maestro. En ningún momento se ha tenido en cuenta mi
forma de pensar o de actuar ante la vida.
Mi
centro es público, el profesorado que llega al mismo lo hace por un concurso de
traslados, es decir, basado en méritos objetivos. No se mira el carné político
ni la opción religiosa. No sé si eso mismo se puede decir de un centro privado
de carácter religioso donde en todo momento la doctrina impregna a todas las
enseñanzas. Claro, se puede argumentar que ha sido una opción elegida por los
padres. Por el contrario se suele decir que en los centros públicos la familia
no elige la doctrina con la que se va a educar a sus hijos, como si ello nos
otorgara a los docentes menos derecho para educarles.
La
educación, además del desarrollo cognitivo conlleva la formación afectiva y
social del niño. Para ello se trabaja la educación en valores en todas las áreas
de una forma directa o transversal. Luego cabría pensar que se está
adoctrinando permanentemente, sin embargo en eso no repara nadie. Entonces, ¿por
qué tanto miedo a una asignatura como la ECDH?
Acaso
alguien de los que opinan han mirado los libros de texto del área o su
currículo. En Primaria, que es donde ejerzo, el currículo habla de nueve temas:
nuestra identidad personal, tenemos derechos y deberes, participación y
conflictos, la ciudadanía y las leyes, la familia, el colegio, el ayuntamiento,
la comunidad autónoma y el estado.
Me
pregunto si es que no debemos enseñar que somos diferentes y que hay que
respetar las diferencias de los demás. ¿Está mal que los alumnos conozcan los
Derechos Humanos o los Derechos de la Infancia?, ¿Tan grave es hablar de que
los conflictos se han de resolver a través del diálogo? ¿Qué malas intenciones se
esconden cuando se dice que se tienen que respetar las leyes? ¿Qué maldad hay
en hacer referencia de la familia como una institución fundamental para el niño
y que se basa en el respeto, en la confianza y en el amor? ¿Qué poderes ocultos puede haber en que el
alumno conozca las instituciones de su localidad, de su comunidad autónoma o
del estado? ¿Acaso estos valores no los compartimos todos? ¿Dicen algo distinto
a lo que se establece en la Constitución? No… ¿Y la Educación cívica y
constitucional puede decir algo distinto?, ya veremos cuando se desarrolle,
pero creo que tampoco. Entonces, ¿por qué tanta polémica? Analicemos realmente
los graves problemas que padece la Educación.
Las
enseñanzas en una institución pública las imparten profesores con ideologías
distintas. Eso supone que el alumno recibe una formación plural. Decir que la ECDH
adoctrina me parece injusto porque se pone en tela de juicio la profesionalidad
del que la imparte.
Formamos
personas para que ejerzan la ciudadanía de una forma cívica, por tanto ¿qué
diferencia hay entre un concepto y otro?
Publicado en Diario Jaén 24/02/2012. nº 24472
4 comentarios:
Nunca hubiera optado por una asignatura en la educación obligatoria de este carácter. Hay demasiados estudios e investigaciones que vienen a demostrar que la mejor opción metodológica, en estas etapas educativas, es la globalización: los ejes trasversales del currículum.
Si lo que queremos es superar el modelo de instrucción e ir hacia el deseado de educación, no necesitamos un compartimento estanco con los contenidos para la materia de educación para la ciudadanía y los derechos humanos (ECDH), sino que es el propio currículum, en su totalidad, quien ha de asumir esa parcela de la Educación. Todo lo demás… cuestión de modas i corrientes políticas, pero No fundamentos pedagógicos.
Josep Sánchez Martín
Josep.
Mi reflexión no se centraba en la idoneidad o no de esta materia en el currículo de la etapa de primaria. Iba por otros derroteros.
Pero atendiendo a tu comentario, te digo que educación para la ciudadanía o cívica se da constantemente en el currículo, ya sea de forma transversal, a través de la educación en valores, o bien dentro de cada una de las áreas puesto que se incluyen contenidos relativos a las actitudes, los valores y las normas.
Y cuando se tratan todos estos aspectos nadie repara en que se pueda influir, adoctrinar o instruir a los alumnos. Que se puede hacer, intencional o involuntariamente. Eso es lo que los pedagogos denomináis currículo oculto.
Mi reflexión se centraba en que parece ser que en educación no hay temas de más trascendencia que éste, y en que debatir sobre cuestiones como éstas no son más que pura ideología y propaganda. Sea Educación para la ciudadanía o sea ed. cívica imagino que pueden ser las dos caras de la misma moneda.
Y por otra parte, después de 21 años dando clases en Primaria y desde una perspectiva interdisciplinar, no veo ningún tipo de inconveniente en que exista una asignatura como ésta. Te recuerdo que la pedagogía de la globalización es más idónea para la eduación infantil y los primeros ciclos de la Ed. Primaria. Estamos hablando que la ECDH se da en 5º de Primaria y en 3º de la ESO, creo que en estos periodos se puede hablar de enseñanza indisciplinar. Y mi experiencia, que no investigaciones de laboratorio, demuestran es posible impartir, que no instruir, en este tipo de contenidos de tipo actitudinal, de valores y normas.
Mi reflexión no está basada en fundamentos pedagógicos, pero amigo, a veces los fundamentos pedagógicos parecen estar también ligados a modas y corrientes...
En este caso... "predicar con el ejemplo", sea el curso que sea; es la mejor manera de aprender contenidos actitudinales.
Josep Sánchez Martín
En eso estamos... o al menos lo intentamos con la mejor de nuestras intenciones...
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