Con motivo del artículo del profesor Santos Guerra en su blog el Adave y que tituló "Víctimas de la rankingmanía", le realicé un comentario dirigido a uno de los aspectos tratados en la reflexión semanal de Miguel Ángel. Tiene que ver con la corriente actual de realizar una evaluación objetiva del proceso de aprendizaje del alumnado. Sin duda alguna se pueden dar muchos más argumentos, pero sólo se trataba de un comentario a dicha entrada. Seguro que tú puedes aportar muchas más razones. Escribelas en los comentarios a esta entrada. Os trascribo a continuación mi breve reflexión.
"Medir, comparar y clasificar… Verbos que se empleaban en los inicios de
los ochenta del siglo anterior y que venían asociados a la programacion
por objetivos, operativos, claro.
Recuerdo que en Magisterio nos recomendaban estudiar a Mager y así
aprender a formular este tipo de objetivos de forma adecuada: verbo que
reflejara una conducta observable, criterio de evaluación o logro
claramente explicitado y las condiciones en que se debía alcanzar. Dicho
de otro modo, se trataba de una evaluación casi de laboratorio, donde
la “presunta objetividad” debía primar ante todo. Lo que no se pudiera
obervar y medir de forma objetiva no se programaba… Este tipo de
evaluación respondía a una concepción del proceso de aprendizaje del
alumno puramente conductista. Ante el mismo estímulo y en las “mismas”
condiciones todos los alumnos deben responder de la misma manera…