En el número 15 de la revista
EmásF Víctor Borja González ha publicado un
artículo sobre el acoso escolar entre niños/as en las clases de Educación Física. Al leerlo se me han ido ocurriendo algunas ideas al respecto en relación a la intervención docente del profesor o profesora.
El acoso escolar se produce cuando un niño/a agrede intencional y repetidamente de forma física, verbal o relacional a otro niño/a. Generalmente estas agresiones se realizan de manera oculta con el fin de que los adultos no la perciban.
Acoso escolar ha existido, existe y existirá. Dicho ésto, ¿cual es nuestro papel como docentes para tratar de hacer frente a estas agresiones cuando se produzcan? ¿Mirar hacia otro lado? Ojos que no ven corazón no que no siente... O bien, tratar de dar solución a esta problemática.
¡Claro que es complicado!... Con frecuencia el acoso es tan sutil que es muy difícil detectarlo. Por otra parte, el niño/a que lo sufre suele tener miedo y no lo denuncia.
La intervención docente debe dirigirse a varios ámbitos: