domingo, 3 de octubre de 2010

LA INTENCIÓN EDUCATIVA

La educación se puede definir como la transmisión de bienes culturales que facilite el pleno desarrollo de las capacidades y valores personales, es decir supone un proceso de cambio con una intencionalidad o finalidad. La intención educativa, es por tanto, la finalidad con la que planeamos o programamos nuestras intervenciones docentes. 

Las Administraciones Educativas nos proporcionan un currículo abierto que los docentes debemos completar y desarrollar según el contexto socio-económico y cultural de la localidad y el centro y las características, necesidades e intereses del alumnado. Es aquí, en la concreción del currículo, donde se observan esas intenciones educativas, es por ello la necesidad de diseñar y planificar nuestras programaciones didácticas y de aula de forma seria, responsable, útil y eficaz. De lo contrario es posible que enseñemos, pero sin ninguna intención clara y desarrollando un currículo oculto bastante denso. 

Programar no es algo del gusto del docente, requiere tiempo y sobre todo preparación, quizás sea este último aspecto el que nos lleve al desánimo a la hora de elaborar nuestras programaciones, ¿acaso estamos preparados adecuadamente para concretar un currículo a las realidad de nuestro centro y los alumnos? Cuestión que me planteo con asiduidad cuando veo cómo se desenvuelven en estos menesteres mis colegas.