Miguel Ángel Santos Guerra escribe en su blog El adarve escribe esta semana una entrada que titula "Disparate descomunal"
en la que comenta y critica la propuesta del presidente de la Comunidad
de Madrid de que los graduados de cualquier tipo de titulación puedan
acceder a la condición de maestros aprobando las oposicones
correspondientes.
El
profesor Santos, como de costumbre, da una respuesta contundente a tal
afirmación del político (os invito a que la leáis) y desde la modestia
me permití realizar un comentario a dicha entrada que os lo reproduzco
parcialmente puesto que también daba respuesta a un comentario anterior.
¿En qué quedamos?... ¿Para ser
docente se necesitan los mejores expedientes o por el contrario vale
cualquiera? Ambas propuestas han salido del mismo lugar.
Está claro que no vale cualquiera
por todas las razones que ha argumentado eficazmente Miguel Ángel. Y dada la
complejidad del "arte" y "ciencia" del magisterio se
precisa una selección de los mejores y una preparación lo más especializada
posible en función de las competencias profesionales que se requieren (aspecto
éste que ya hemos analizado en entradas anteriores). Y digo arte además de
ciencia porque en muchas de nuestras actuaciones nos debemos basar en lo científicamente
demostrado, pero en muchas otras la intervención docente no tiene un sustrato
científicamente demostrado y validado sino que se deriva de lo experiencia
personal de cada uno y de la capacidad de improvisación del momento
(improvisación con resultado positivo fruto de atesorar las competencias
profesionales a las que alude Miguel Ángel).
Una vez más los políticos, que no
tienen una formación específica para el desempeño de la política ni en muchas
otros ámbitos de la vida, se decidan a opinar sobre cuestiones de no tienen ni
idea, o bien se basan en su experiencia personal individual. Será por ello que
como muchos de ellos han recibido instrucción en vez de educación no sepan
discernir entre ambos conceptos.
Quizás de lo que se trate es de
que deteriorar la enseñanza pública dotándola de un profesorado poco
cualificado con el fin de beneficiar la privada. En la privada con disciplina
todo se soluciona no hay necesidad de psicología ni de pedagogía ni de
enseñanza en valores...
Dejo aquí una perla. Me cuenta
una amiga que tiene a sus hijos en un colegio privado de Madrid, elitista y con
educación diferenciada de sexos, que a uno de los niños, que padece
hiperactividad, se le castigó por su actividad exacerbada con cambiarlo a un
grupo de niñas durante tres días. Quizás sea esta la enseñanza que propugnan
algunos del PP, los que consideran que para docente vale cualquiera, porque no
creo que todos piensen de ese modo.
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