domingo, 20 de octubre de 2013

LOS ALUMNOS SON BUENOS

Como os decía en la entrada anterior estoy realizando un curso bastante interesante que se denomina "Leer, escribir,expresarse,... en todas las áreas de Primaria". Este curso se realiza on line a través del aula virtual de formación de la Consejería de Educación de Andalucía. 

Este interés radica en que no sólo me hace reflexionar sobre mi práctica docente, especialmente en las competencias lingüísticas, que como maestro de Educación Física tenía algo olvidadas o simplemente desconocía, sino que aporta estrategias e instrumentos para desarrollarlas. 

Una de las tareas que incluye es elaborar una composición escrita personal siguiendo unos pasos. Con ello se pretende que el maestro aplique ese procedimiento con el fin de que pueda, posteriormente, transmitirselo a sus alumnos. Para ello he elegido un tema de pedagogía general que lo he titulado como esta entrada "Los alumnos son buenos". Ya sé que podía haber profundizado más, pero sólo se trataba de un ejercicio de un curso de formación.  Os transcribo la reflexión a continuación.

"Miguel Ángel Santos Guerra, en su blog el Adarve, escribió una entrada que denominó “Padrinazgo en San Luis”.   En ella hacía referencia a que una directora de un centro le decía que sus alumnos eran unos chicos magníficos. Miguel Ángel respondía que un comentario así es muy revelador de cómo eran los chicos, pero también de cómo es la directora, porque le gustan los profesionales de la educación que hablan bien de los chicos, que los valoran, que los respetan, que los quieren…

Comparto plenamente estas palabras del profesor Santos. Claro que los alumnos son todos magníficos, todos vienen al colegio dispuestos a aprender, a disfrutar del aprendizaje en grupo,  a vivir nuevas experiencias,…



Los niños no pueden ser malos, si acaso, podremos decir que son traviesos. Pero a esta edad,¿ quién no lo es? La energía vital de niño se manifiesta en actividad que hay que aprovecharla y canalizarla en beneficio de su aprendizaje.  Será entonces cuando el alumno estará tranquilo en clase y no molestará.

Por otra parte, a los niños hay que quererlos, no aborrecerlos. Sólo cuando hay actitudes de cariño se podrá establecer relaciones de respeto entre los docentes y sus alumnos. El alumno no es nuestro enemigo, al contrario, es un ser al que estamos ayudando en su formación como persona, al que orientamos en el difícil camino de la vida.

Los alumnos son diversos, tienen intereses y necesidades distintas, viven en contextos diferentes, por tanto, no se les puede tratar igual a todos, habrá que adaptarse a las peculiaridades de cada uno.

Entonces, me pregunto ¿por qué hay profesores que hablan mal de sus alumnos?  ¿Cómo se pueden realizar comentarios como éstos? “mis alumnos son un desastre…”, “esta clase es muy mala…”, “este grupo es el peor del centro…”, …

Ya sabemos que la educación es una tarea muy complicada, requiere profesionales capacitados, entusiastas y comprometidos. Reflexionemos sobre estas tres cualidades:

La capacitación la da una buena formación inicial, en la universidad, y una excelente y selectiva formación continua, a través de actividades formativas ofertadas por la administración educativa u otras entidades. En ambos casos es muy importante tener en cuenta que la capacitación debe estar basada en las competencias profesionales que se requieren en el docente. Pero, sobre todo, esta formación inicial y continua debe adaptarse a la realidad escolar ¡Ya está bien de la educación-ficción que no conduce a nada!

Entusiasmo y compromiso van de la mano, como muchas otras cualidades del carácter y personalidad del docente: paciencia, tolerancia, justicia, solidaridad, responsabilidad, alegría,… Y desgraciadamente esto no se aprende en la universidad ni en cursos de formación. Se tiene o no se tiene. Entonces, estas cualidades deberán ser valoradas antes de que el docente obtenga una titulación que le posibilite trabajar con niños.

Cuando el docente no dispone de estas características viene el conformismo, el desasosiego,  el derrotismo,  el victimismo, …es decir, la infelicidad. Pero lo peor de todo es que esta infelicidad se transmite al alumnado ¿Qué se puede esperar de un alumnado que no es feliz? ¿Qué se puede esperar de un alumnado que no se divierte aprendiendo? Pues que se porte mal, que moleste, que interrumpa la clase, que descargue su energía vital en cualquier otra cosa que no sea su aprendizaje.

Por tanto, los alumnos son buenos cuando el profesor hace bien su trabajo. Cuando el docente conecta con sus intereses y necesidades, cuando logra motivarlos, cuando aplica métodos de enseñanza adaptados a sus características y edades.

El alumno es bueno cuando se implica en su propio proceso de aprendizaje porque satisface su deseo de aprender. Por ello, es preciso que los métodos y recursos que utilicemos estén bien planificados y estén basados en esa actividad innata del niño. Si el alumno es el protagonista de su aprendizaje, dejémosle que actúe, pero no de forma individual y solitaria, sino en grupo, compartiendo su aprendizaje con los demás. Además el aprendizaje debe partir de las ideas previas de los alumnos para poder así conectar los nuevos conocimientos con los que tiene ya adquiridos.

Dentro de la enseñanza hay grandes condicionantes que la limitan, por ejemplo, los libros de texto, los horarios, los espacios,…. Si bien es cierto que los libros de texto cada vez están más conseguidos, también lo es que “esclaviza” al docente,  que reduce muchas otras ricas posibilidades didácticas. Por otro lado, las rigideces de los horarios y de los espacios igualmente restringen la enseñanza.

Frente a estos elementos limitadores de la enseñanza y el aprendizaje disponemos de otros que lo estimulan o favorecen: los recursos TIC, la interrelación con las familias,…¡Aprovechémoslos!

Podemos concluir diciendo que los buenos profesores suelen tener buenos alumnos…"

3 comentarios:

Juan Miguel Ramírez Ramírez dijo...

A la atención de Juan Carlos Muñoz:

Admiro su posición con respecto a la pedagogía que manifiesta en su blog.

En particular, me parece muy sabio y su planteamiento sobre canalizar las energías de los educandos, porque plantea aprovecharlas, no anularlas; emplearlas para aprender, no cohibirlas y bloquearlas.

Me alegra que defienda esta línea educativa porque son muy necesarios los docentes con esta vocación.

Felicidades por su artículo.

estebandelashg dijo...

Estoy de acuerdo en parte, cierto es que los métodos y la actitud del maestro influyen mucho a la hora de que una clase sea motivante o no. Pero también influyen otros factores y hablo desde la experiencia propia, yo no tengo alumnos/as malos, pero sí complicados por sus circunstancias personales, porque su entorno es difícil y eso se traduce en dificultades a la hora de trabajar en clase. También la ley que se ha aprobado influye en esas dificultades, aumentando la ratio en un 10% en primaria, a más alumnos/as más problemas, sobre todo a nivel de relaciones sociales. Pero son cosas que se pueden trabajar, lo que si esta claro es que no se debe de perder la ilusión, tener paciencia para que los alumnos/as puedan asimilar lo que transmites y poco a poco ir modificando su forma de ver las cosas. Nadie dijo que educar y enseñar fuera fácil, ahí está el "quid" de la cuestión. Lo único que hay que tener es ganas de transmitir alegría y de seguir aprendiendo. Un abrazo Juan Carlos.

Juan Carlos Muñoz Díaz dijo...

Juan Miguel.

Ya le respondí en el blog de Miguel Ángel Santos que una cosa es decir y otra hacer. Intento aprender y en la medida de lo posible hacer. Al menos sabiendo cómo se deberían hacer bien las cosas uno puede hacer autocrítica de su labor e intentar ser conguente con lo que afirma.

Como bien apunta Esteban, el colega que comenta posteriormente, existen múltiples condicionantes en el proceso de enseñanza y aprendizaje que hace que no todo sea tan fácil.

Pero amigo Esteban, aunque lo idílico sea casi imposible, por eso no vamos a intentar de acercarnos. Seguro que tú intentas hacer tu trabajo lo mejor posible y seguro, también, que no vas determinad a priori al colegio pensando lo malos que son tus alumnos, sino cómo voy a intentar hoy que sea menos "malos".

Gracias ambos por molestaros n comentar el post.