sábado, 10 de noviembre de 2012

LA ATENCIÓN... LA CLAVE DEL APRENDIZAJE.

Acabo de leer en el blog de Miguel Ángel Santos Guerra (El adarve) una entrada que, como siempre, me ha llevado a la reflexión sobre mi propia práctica educativa y la que realizan otros colegas. La entrada la denominó Miguel Ángel "La manzana que quería ser estrella". Os invito a leerla, para ello haz clic en el enlace que he creado sobre el nombre de la entrada.

El profesor Santos Guerra en la conclusión de esta entrada habla de dos elementos muy importantes en el proceso de enseñanza y aprendizaje: captar la atención y evitar las rutinas. Efectivamente ambos elementos van estrechamente relacionados y hay que tenerlos en cuenta a la hora de dirigirnos a nuestro "auditorio" (nuestros alumnos y alumnas). 

Sin atención no puede haber aprendizaje, para captar la atención hay que motivar a los alumnos, si hacemos siempre lo mismo será complicado motivar a los alumnos y captar su atención, por lo tanto no se conseguirá aprendizaje. Este silogismo, basado en los principios que introdujo con la LOGSE, seguirá siempre vigente sea cual fuere la Ley o corriente educativa en vigor. 


Se ha de captar la atención de nuestros alumnos sorprendiéndolos a diario, esto sería magnifico, aunque soy consciente de que es harto complicado en la escuela de hoy. Pero al menos debemos intentarlo. Después no echemos balones fuera diciendo que los alumnos no prestan atención.

Realmente los niños llegan a los colegios con poca motivación, eso es un hecho, nos quejamos a diario..., por eso la atención se ha de ganar. Para ser un buen docente no basta con las competencias profesionales que tradicionalmente se nos ha asignado, además, debemos poseer gran ingenio y creatividad para buscar situaciones que provoquen o capten la atención del alumnado. 

Ya sé que la creatividad y el ingenio se saturan o agotan. En este caso habrá que echar mano del ingenio o creatividad de los demás.  En un primer término, pienso en los colegas que forman el equipo docente, o en el equipo de ciclo, o bien en cualquier otro componente del Claustro. Porque todos tenemos algo que enseñar a los demás. No creo que todos hagamos lo mismo y de la misma forma... 

Otro factor a tener en cuenta es la formación continua. Ya sea a través de la iniciativa de uno mismo, utilizando bibliografía, explorando y buscando en Internet lo que hacen otros colegas (existen múltiples y magníficos blog o web de docentes en donde se nos cuentan sus experiencias), o bien a  través de la formación reglada que nos ofertan los Centros de Profesores u otras instituciones de carácter público o privado. En estas actividades formativas se puede aprender tanto del currículo que se transmite como del contacto informal con otros colegas ya que en ocasiones da lugar a un  enriquecedor intercambio de experiencias. 

Pero cuando se realiza una actividad formativa hay que trasladar lo aprendido a nuestro propia intervención docente en la medida de nuestros intereses y posibilidades. Y creedme, yo que he realizado una multitud de cursos siempre he aprendido algo, por muy malo que hayan podido ser los ponentes o aunque la temática a tratar no haya sido la más idónea, que en muchos casos, suele pasar. Pero del funcionamiento de los CEP ya hablaré en otra ocasión...  No cabe duda que la evolución en mi enseñanza e intervención educativa ha sufrido una gran transformación desde  mis primeros pasos en la docencia hasta la actualidad. Por ello doy las gracias a todos los que me han enseñando nuevas cosas y han desatascado mi cerebro abriéndome nuevas vías para desarrollar mi ingenio y creatividad.

Ánimo!!! y a calentarse la cabeza!!!!

2 comentarios:

mariposayelefante dijo...

Si como profesores hacemos las cosas siempre de la misma manera, obtendremos siempre los mismos resultados. Si no nos gusta lo que obtenemos, tendremos que cambiar las cosas que hacemos. Hasta aquí de acuerdo con tu planteamiento. Una cuestión diferente es que nosotros tengamos que asumir toda la responsabilidad de motivar a los alumnos. Innovación sí, entusiasmo también, compromiso por supuesto, pero los motivos... que los traigan de casa!. Un saludo majestad.

Juan Carlos Muñoz Díaz dijo...

Gracias por lo de majestad, pero sería un rey sin trono...

Desgraciadamente en los tiempos que corren a la mayoría de los niños hay que motivarles desde el colegio, no obstante también hay que decir que muchas familias hacen muy bien su "trabajo" y los niños vienen motivados de "casa".

No cabe duda que cuando la familia se implica en la educación y formación de sus hijos éstos en el cole no suelen perder el tiempo en llamar la atención y suelen estar atentos. Sin embargo cuando sucede lo contrario... pues ya sabes lo que toca...

Gracias pro tu comentario mariposa y elefante a la vez...