Entre
los años 1964 y 1975, época final del franquismo, en España se
desarrollaron tres Planes de Desarrollo Económico y Social. Como consecuencia
de los mismos se vivieron momentos de gran crecimiento económico y con el mismo
un notable aumento de la natalidad.
En
mi caso, nacido en 1964, aún recuerdo como en mi colegio las aulas eran de 40
alumnos, sin duda estaban masificadas. Además los nacidos en este año fuimos la
primera generación que entró con la Ley General de Educación de 1970, entonces
teníamos 6 años.
Fuimos
a clases masificadas, más tarde desbordamos la capacidad de los institutos de
Bachillerato y finalmente también llegamos a la universidad en masa. Con
nosotros y con las generaciones siguientes en este país la pirámide de
población de los años setenta tenía una base muy amplia y un vértice
superior muy estrecho, producto de la guerra civil.
Posteriormente
cuando intentamos acceder a nuestro primer empleo, en los años ochenta, nos
encontramos con los primeros años de paro, las ratios opositores/alumnos en
magisterio eran demenciales, de hecho se consideraban de las oposiciones más
duras, no por su dificultad, sino por la enorme competencia que se producía,
aún recuerdo en mi primera oposición que íbamos más de doscientos para
tres/cuatro plazas en la especialidad de ciencias sociales.
Una
vez accedimos con bastantes dificultades a nuestro primer empleo y cotizamos y
cotizaremos como cualquier otro español, nacido antes o después de los niños de
los planes de desarrollo, nos encontramos que, además, hemos de trabajar
durante más tiempo, tendremos que jubilarnos más tarde. Dicen que viviremos más
años, aunque por otro lado se dice que esta tendencia empieza cambiar, es decir
que viviremos menos que nuestros padres en razón a que nuestra calidad de vida
está siendo peor.
La
realidad es que los niños de los planes de desarrollo seremos, si llegamos, un
colectivo muy grande de jubilados a los que la población activa de ese momento
no podrán compensar con sus aportaciones a la Seguridad Social. En la
actualidad la pirámide de la población se ha invertido, el número de
nacimientos durante las dos últimas décadas ha disminuido y los ancianos, en un
espacio de 15-20 años seremos un colectivo muy grande.
Se
ha jugado con la población, en unos momentos que interesó se fomentó y se
potenció la natalidad, mientras que en otros convino que ésta se controlara o
frenara. Jugar de esta forma con la población es jugar con pólvora, y como está
pasando se pueden quemar, bueno, ellos no, porque los que gobiernan ya se
encargan de que todas estas medidas de recortes y de austeridad no les afecten,
a los que realmente fastidian es al ciudadano de a pie.
Los
niños del desarrollo nos ha tocado vivir una vida bastante cómoda, en el sentido
de,que hasta el momento, en este país no se había producido un periodo tan largo
de paz y tampoco hemos sufrido, por lo general, excesivas penurias en el plano
económico, eso es cierto, pero también lo es, que hemos hecho frente a una vida
profesional bastante competitiva y finalmente larga, para los que estemos
trabajando, porque muchos otros verán las cosas desde el desempleo.
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