El pasado 8 de mayo escribí una entrada que titulaba {La expresión corporal como contenido "yuyu" en Educación Física}, en ella hacía alusión a un experto en esta temática, el Dr. Antonio Cardona. Pues este amigo me remite una carta en contestación a dicho comentario que escribo literalmente a continuación.
Intento hablar desde la
vivencia que es lo fundamental en este contenido de Expresión Corporal.
Soy un apasionado del mundo de la Educación Física y creo que deben trabajarse todos los contenidos que lleven al alcance las competencias.
La Expresión Corporal es un contenido más, que se debe trabajar con nuestro alumnado y que debe ser experimentado primeramente por el profesor/a. El descubrir la Expresión Corporal hizo que se convirtiera en otra de mis pasiones.
Si no se expermenta, como en casi la mayoría de las cosas de la vida,
difícilmente se podrá exprimir todas las posibilidades que tenemos. Más
experimentación, mayores recursos. Si no hemos experimentado no nos atrevemos y
al final se van pasando los años y quizás empiece a aparecer lo tedioso
en nuestras clases.
La gran diferencia con otros contenidos es que en éste, el docente debe mojarse y vuelvo a lo de antes. El profe debe ser el que primero se anime. Debe ser desinhibido, mostrarse, porque de alguna forma lo estás demandado. Y eso hay que currárselo previamente.Si los grupos te lo permite se puede llegar al trabajo de la “emociones” y eso también debe estar trabajado en el docente.
Los tres pilares básicos de la Expresión: Cuerpo-Comunicación y Creatividad (las tres “c” de la Expresión como yo les digo), permite eso: que el profesor y el alumno muestre lo que son, sin miedo, sin corazas, sin dobleces. Desde el respeto entre ambos. Puede sonar raro esto que las emociones aparezcan en nuestras aulas, pero para mí es fundamental que estuvieran más presentes en nuestros jóvenes. Es uno de los grandes paradigmas por lo que debemos apostar los educadores.
Y todos sabemos que hablar de ésto con 30 alumnos a veces es difícil y complicado. Por eso hay que animarse.
Y os propongo:
1) haciendo cursos de esta índole
2) adaptar esto curso a tus alumnos, esa es la verdadera creatividad (no copiar los ejercicios que te den)
3) leer ejercicios de libros que nos sirvan en nuestro trabajo.
4) Y para mí de lo más importante, estar en contacto personal con una actividad artística que me hacer estar en contacto con mi parte sensible y no sensiblera que es la que me hace crecer como persona.
Sinceramente creo que los resultados lo merecen.
Gracias a Juan Carlos por sus palabras sobre mi trabajo.
Por último me animo a escribiros las primeras letras de un libro (Patricia Stokoe: Vida y Obra. La creadora de la Expresión Corporal-Danza) que en breve sale publicado (adaptación de mi tesis doctoral), sobre lo que me ocurrió cuando apareció en mi vida este maravilloso contenido:
"Tras la formación recibida en la
Licenciatura de Educación Física (1988-1993), en el antiguo INEF de Granada,
actual Facultad de Ciencias de la Actividad Física y el Deporte, y habiendo en
el año 1994 aprobado la oposición que la Consejería de Educación convocó para
el Cuerpo de Profesores Secundaria, empecé a preocuparme por el contenido de
Expresión Corporal que debía impartir a mis alumnos. Esta preocupación se debía
a la escasa formación que durante mi carrera tuve en dicho contenido.
En el verano de 1995 en la “Escuela de Expresión y Desarrollo Personal” organizada por la asociación PROEXDRA (Profesores por la Expresión Dramática en España), realicé dos talleres en relación al mundo de la Expresión Artística, que calaron en mí: “Iniciación a la Expresión Dramática” y “La Danza del Éxtasis”.
Al año siguiente volví a esa Escuela donde recibí el primer curso en Expresión Corporal con una profesora y una metodología que me abrieron las puertas a un mundo fascinante y que se convertiría en mi futura pasión. Me refiero a la profesora Mayi Chambeaud, que con su manera de impartir esta disciplina, cambió mi concepción de la educación y mi forma de mirar la vida.
¿Qué me había pasado? ¿Qué se había modificado en mí? ¿Por qué esta forma de trabajo me atrapaba? Con la claridad y la óptica que da el paso del tiempo puedo reflexionar:
- Fue el acercarme al mundo de lo artístico lo que abrió una puerta que hasta ese momento en mi formación nadie la había hecho. Y que pienso es de suma necesidad para la persona que se va a dedicar a educar.
- El acercarme al mundo de la creatividad y la comunicación resultó muy enriquecedor para mi persona. Podía jugar a ser lo que quisiera, podía conocer al otro desde el juego, reconociendo sus virtudes y miedos que eran a la postre, las virtudes y miedos propios. Me descubría, me dejaba descubrir, me volvía más vulnerable y a la vez más seguro. Me hacía más humano.
- La idea de mi cuerpo, que se movía no desde lo sistemático, no desde el mando directo, hacía que descubriera posibilidades hasta ahora desconocidas. La indagación se abrió paso.
- Hacerme sensible -crecer desde el adentro hacia afuera- evitando que lo exterior me manipule. La capacidad de sentir plenamente, de emocionarme, de compartir, de poder cerrarme y abrirme siendo yo mismo el que manejaba mi destino. Era mi propio maestro.
- Sentirme muy presente en el aquí y en el ahora.
- La metodología donde cada uno trabajaba como un individuo autónomo pero donde a la vez existía un sentimiento profundo de grupo. Donde todo era posible, donde todo partía de los propios alumnos y era la Profesora-Guía quien con su maestría nos llevaba siempre a buen puerto.
- El espíritu de camaradería y el sentido lúdico que envolvía a esos talleres. Nos reíamos de nosotros mismos desde el más absoluto respeto. De alguna forma era sanador, éramos felices.
- La toma de conciencia de mi realidad como persona en esos cursos, me hacían darme cuenta a la postre de cómo yo era. Teniendo la posibilidad de modificar determinados aspectos de mí persona ya que empezaba a ser consciente de mi realidad como individuo autónomo y social.
- Empecé a entender una concepción de ser humano más holística, toda la parte motriz, toda la parte sensible, emocional, afectiva, la capacidad de crear y de comunicarnos que todo ser humano llevamos dentro.
- Todo lo estaba viviendo en primera persona, desde la vivencia. Era la práctica filtrada desde mí, lo que me hacía comprender, pero también me generaban más preguntas.
Esos interrogantes tienen que ver con mi
persona: soy curioso, entusiasta, a veces incluso obstinado. Yo, como docente
quería averiguar cómo una profesora podía incentivar a un grupo desde su
persona y su didáctica con esa maestría, dulzura, seguridad y
profesionalidad, haciendo que cada uno se fuera con una gran satisfacción
personal.
Y sigo en el camino…"
Antonio Cardona
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