Escribo esta entrada poco antes de que se de por concluida la liga de fútbol 2009/2910, mañana habrá ganadores y perdedores. Si bien ganan o pierden los equipos, los aficionados compartirán los mismos sentimientos que los suyos.
Porque habrá ganadores, sean o no campeones de algo, los que ganen la liga, los que obtengan una plaza para la Champion o la Europa Leage, los que se librarán del descenso... sí habrá muchos ganadores y los aficionados lo celebrarán con cohetes, tracas y baños por las fuentes públicas, el caso es celebrar los éxitos ajenos, porque en esta sociedad no hay muchas ocasiones de celebrar algo de forma colectiva. Ante ello dudo y me pregunto si la celebración de los éxitos de otros es fruto del compromiso sentimental con nuestro equipo o bien es resultado de una sociedad en donde la frustración personal nos lleva aliarnos con los ganadores, ya que estamos acostumbrados a perder en muchos órdenes de la vida. Sea como fuere que lo disfruten los que puedan.
Cuando hay ganadores el resto no son vencidos, sino perdedores, puesto que no han logrado sus objetivos. Así de cruel es el deporte. Mañana habrá aficionados que su equipo habrá quedado en el puesto 16 de la clasificación y estarán contentos y felices y habrá un equipo que se quede segundo y sin embargo estará lleno de tristeza.
Vivimos en una sociedad en donde se idolatra al ganador y se olvida al perdedor, y esas actitudes son transmitidas a nuestros niños, así lo podemos comprobar en competiciones infantiles en donde se reproducen esos comportamientos.
Los que nos dedicamos a la educación sabemos que el deporte profesional transmite muchas actitudes y valores que están fuera del denominado "juego limpio" o deportividad, y la presión mediática es bastante poderosa para contrarrestarlas en nuestras sesiones. Así vemos como los niños que ganan en los juegos se enorgullecen y lo celebran como si hubieran ganado la mismisima liga, y los que pierden se enfadan... Saber ganar y saber perder no es fácil, la competición lleva a ello.
Muchos pensarán que el deporte es un reflejo de la vida, y que si la vida es competitiva a los niños hay que enseñarles a ser competitivos, es posible, aunque quizás eso nos separe y nos aísle de otras personas. Sin embargo, la competición usada con finalidad educativa es posible que también prepare a los niños a ganar, pero no a toda consta, sin pisotear al contrario, a saber perder y felicitar al ganador, a tomar conciencia de nuestras limitaciones y a partir de ellas tratar de esforzarnos y mejorar.
Pero lo que realmente nos da fuerzas y nos hace más poderosos es cuando sabemos vivir en colectividad, cuando compartimos, nos apoyamos y sumamos esfuerzos para lograr un fin común y eso es fruto generalmente de la cooperación, del aprendizaje en la práctica de juegos cooperativos, aquí no hay perdedores y ganadores, aquí todos ganan, todos disfrutan y todos se integran.
Termina la liga, empieza el mundial, y sin tiempo para más se iniciará una nueva liga, esto no para, que gane el mejor... y sobre todo, que ganemos todos...
2 comentarios:
Buenas noches Profr. Juan Carlos, soy Ivan Rosas Profr de E.F. en el estado de Puebla. Estoy interesado sus articulos y en información relacionada con la E.F. me gustaria estar en contacto con usted.
panbolero@gmail.com
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