Miguel Ángel Delgado Noguera, en el reciente Congreso Internacional de EF de Úbeda, realizó una serie de sentencias bastante interesantes. Recojo una de ellas para reflexionar en esta entrada "Si bien hay que integrar a todos los alumnos, también es lícito segregar por niveles o grupos homogéneos". Creo que con esta frase se da respuesta a la pregunta que aparece en el título de este post.
Efectivamente hay que utilizar ambas situaciones didácticas, en algunos casos, en función de los objetivos o competencias a desarrollar, será más interesante formar grupos heterogéneos, en otras, en cambio, lo más oportuno y acertado sería buscar la homogeneidad en los mismos.
Por tanto, esta decisión, a la hora de formar grupos, vendrá determinada por nuestra nuestra intención educativa, no por el azar. Intención educativa y toma de decisiones van íntimamente unidas, y éstas se plasman en la programación, sobre todo en el diseño de las sesiones. Por tanto hemos de ser meticulosos a la hora de seleccionar las actividades en función del tipo de agrupamiento que se quiera realizar, y como he dicho anteriormente, éstos vendrán condicionados por los objetivos y competencias que se quieran desarrollar.
Desde mi punto de vista, habrá que crear situaciones didácticas de grupos heterogéneos cuando se pretendan lograr objetivos del ámbito afectivo social relacionados con la cooperación, la convivencia, la comunicación, la solidaridad, la igualdad, la participación, la integración, la tolerancia, el respeto... Es decir con objetivos eminentemente formativos. Paralelamente las competencias básicas que se trabajarán irán encaminadas, principalmente, a la social y ciudadana y al aprender a aprender (en el sentido de aprender a convivir en grupo).
A la hora de formar grupos heterogéneos podemos utilizar distintas estrategias, pero en todas ellas debe primar la aleatoriedad y el azar. Por ejemplo, si hemos de dividir el grupo-clase en cuatro subgrupos, iremos numerando a nuestros alumnos, tal y como estén situados en el patio o gimnasio, de esta forma 1, 2 ,3 ,4 , 1, 2, 3, 4... de modo que formaremos el grupo de los unos, el grupo de los doses,... Cuando se forman parejas de forma libre, los alumnos tienden a juntarse siempre con las mismas personas, con lo que ésto supone, para evitarlo se pueden establecer criterios de asociación: mismo color de pantalón o camiseta, misma estatura, mismo color de ojos, misma inicial del nombre o del apellido, mismo número de día de nacimiento o mismo mes, misma vocal en el nuestro nombre o misma consonante,... También se puede utilizar aquellas formas olvidadas de echar suertes que utilizabamos en nuestra infancia como "echar pies", "pares y nones", "piedra, papel o tijera", o aquellas retahílas como "Pinto, pinto gorgorito...". Todas ellas propiciaban la formación de grupos heterogéneos puesto que se iba eligiendo en función del nivel (uno bueno para mi ,uno bueno para ti, uno regular para mi, uno regular para ti,...) e incluso el sexo (se tiende a repartir primero los niños y después las niñas, cuando eligen niños, pero el caso es que al final terminan todos y todas repartidos aleatoriamente).
Pero nada mejor que buscar situaciones de aprendizaje en donde el cambio de parejas sean casi constante, con ello el alumno debe interactuar con todos los niños y niñas de su clase. Porque éste es otra cuestión que se nos plantea, el género, los niños tienden a formar grupos con los niños y viceversa. Por tanto siempre que se formen grupos heterogéneos habrá que intentar que los grupos sean mixtos.
Cuando se formen grupos heterogéneos lo importante no será tanto el resultado, o bien el ganar o perder no dependerá el nivel de habilidad. En estas situaciones, el uso de la competición tendrá un marcado carácter educativo.
Efectivamente, tal y como afirmaba Miguel Ángel Delgado, también es lícito formar grupos homogéneos. A mi juicio, han de realizarse este tipo de agrupamientos con la intención de lograr otros objetivos o competencias, en este caso irán encaminados preferentemente al desarrollo de aspectos afectivos individuales y sociales distintos. La competencia de la autonomía e iniciativa personal cobra un mayor protagonismo, la social y ciudadana sigue estando vigente, aunque más limitada en el número de aspectos a desarrollar.
Se han de formar grupos homogéneos con la intención de propiciar situaciones de alto aprendizaje en los niños de mayor nivel físico y de habilidad motriz, o bien favorecer el número de participaciones o interacciones en un juego de los niños de menor nivel. Imaginemos un juego de pases y recepciones en donde se hayan formado pequeños grupos de cuatro alumnos, en donde dos sean muy hábiles y los otros lo sean en menor medida. En esta situación, generalmente, los hábiles tenderán a monopolizar el juego y los menos hábiles tendrán un rol secundario por lo cual la posibilidad de aprendizaje motor y técnico-táctico se reduce. Por otra parte, en los niños de un nivel superior, la capacidad para desarrollar el juego a un nivel físico y técnico-táctico más alto se ve igualmente limitado por la presencia de participantes con menor nivel en esos aspectos, dando lugar a que todos se aburran y pierdan el interés por la actividad.
Cuando hablamos de atención a la diversidad en otras áreas curriculares entendemos perfectamente que puedan plantearse situaciones de aprendizaje distintas en función del nivel de capacidad de los alumnos, al igual que podemos entender que haya momentos en la clase que todos los alumnos sigan un mismo ritmo de aprendizaje o realicen actividades comunes. También entendemos que podamos encontrarnos con alumnos de altas capacidades intelectuales o con retraso pedagógico y que ambos colectivos haya que dispensarle una atención personalizada y distinta. Y ¿por qué no podemos entenderlo de igual forma en Educación Física? En nuestra área también podemos tener alumnos con altas capacidades físicas o motrices y otros con limitaciones tanto en el plano físico como motor , y así mismo se puede realizar una atención conjunta en determinado aprendizajes y de forma segregada para otros. Éste planteamiento también supone atender a la diversidad.
Miguel Ángel sentenció igualmente que "Da igual el estilo de enseñanza que se utilice, pero hay que buscar la socialización". Pues bien, tanto desde un tipo u otro de agrupamiento se favorece la socialización, porque la colaboración, la oposición o la colaboración-oposición da lugar al desarrollo de múltiples habilidades, actitudes y valores sociales.
Educar supone formar e instruir, formar es transcendental en el desarrollo de la personalidad del individuo, pero también habrá que instruir, lograr otros tipos de aprendizajes relacionados directamente con los contenidos propios del área. No olvidemos que hablamos de Educación Física, del aprendizaje y la formación a través del cuerpo y el movimiento.
Terminemos recordando igualmente que el buen maestro, no es el que utiliza un determinado método estilo o recurso didáctico, sino aquel que sabe utilizar diversos tipos, y cada uno en función de lo que pretende conseguir. El método debe ir ligado a la intención educativa, la intención educativa no debe estar subordinada al método.
3 comentarios:
Totalmente de acuerdo. No se puede considerar que la segregación, en algunos casos en educación no se pedagógico porque las agrupaciones “per se” son o no educativas. Lo importante es la intencionalidad educativa (como muy bien apunta Juan Carlos Muñoz). Somos muy dados a demonizar las ideas que no están en línea con lo políticamente correcto. Aquí no se trata de segregar por razón de sexo (sic), religión, etc.
Las situaciones que se apuntan de orden afectivo social son ocasiones muy interesantes para realizar agrupaciones heterogéneas ya que todas las personas integrantes en el grupo son importantes. Cada uno aporta y puede aportar algo.
Nuestra intención en formar parejas mixtas, lo educativo no es obligar a formar este tipo de agrupación, lo más sensato es llegar a esa situación de forma natural o si, se me permite de forma perspicaz. Como también expone Juan Carlos Muñoz, el manejo de las situaciones didácticas viene marcado por nuestras intencionalidades educativas.
En cualquier caso, la experiencia, la reflexión sobre nuestra práctica diaria es la que nos marcarás las decisiones más adecuadas.
Hay que ir eliminando determinados tópicos, a veces, maniqueos, son las situaciones didácticas y pedagógicas. Esto ocurre con temas como que la competición es mala, el deporte no es educativo, la EF producto (la búsqueda del resultado, la excelencia) son la “maldad personificada”, y otros tantos “anti” frente la bondad donde lo importante es que el estudiante se lo pase bien, la recreación es lo importante, la EF procesal (el proceso es lo esencial) ¿Por qué no buscar un cierto equilibrio entre ambas posturas? Aunque en el resultado exista una cierta prevalencia de una postura sobre la contraria.
ENHORABUENA, POR LA REVISTA EMASF
Tengo una inquietud que quizas me puedas ayudar a despejar. En la clase de educacion fisica, al curso de mi hija (segundo eño de la escuela secundaria argentina) lo dividieron en dos: las niñas de talla mas alta fueron enviadas a realizar actividad fisica con las niñas del curso inmediato superior al de ellas (tercer año) y las de menos talla fueron incluidas con las niñas del curso inmediato inferior (primer año). Sorprendida por tal conformacion de grupos, consulte en el colegio y se me expuso que esto no era una discriminacion sino que fue el azar quien intervino en tal separacion para trabajar durante todo el año. Soy argentina por lo cual no puedo pretender me expliques la legalidad de tal división pero sí me gustaría que me ayudes con tu opinión pedagógica al respecto. Gracias!!
Estimada madre Argentina.
Con los datos que describe la situación no tengo bastantes elementos de juicio para opinar de una forma "pedagógica". No sé cual es la intención de los profesores o del equipo directivo de la escuela de su hija. Habría que preguntarles a ellos el motivo de tales agrupamientos.
Aparentemente no es lógico tal división del grupo (entendido como el grupo-aula) en dos subgrupos que además se integran, respectivamente, en grupos de mayor o menor edad, sólo por cuestiones de talla, a no ser que sea para una actividad determinada donde la talla sea un elemento a taner en cuenta.
Es de suponer que la intención de de homogeneizar en función de la talla será de tipo organizativo. ¿Sólo se produce en Educación Física? ¿Esta organización se realiza en todas las tareas y actividades, o sólo en algunas?
Si por el contrario esta organización no tiene finalidad alguna, ni didáctica ni organizativa, pues, como le decía, no le veo lógica alguna.
En España los agrupamientos flexibles entre niveles está permitido de forma excepcional cuando se cexisten dos grupos de distinto ritmo de aprendizaje en un mismo nivel o grupo, pero ésto se suele hacer en áreas instrumentales (lengua y matemáticas) y con finalidad de reforzar a los que llevan un ritmo más lento. A mi jucio en Educación Física no tiene tanto sentido, porque esos grupos se pueden hacer dentro del mismo grupo sin que tengan que salirse del mismo.
Siento no poder concretar más mi respuesta.
Gracias por tu colaboración.
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