Con motivo del artículo del profesor Santos Guerra en su blog el Adave y que tituló "Víctimas de la rankingmanía", le realicé un comentario dirigido a uno de los aspectos tratados en la reflexión semanal de Miguel Ángel. Tiene que ver con la corriente actual de realizar una evaluación objetiva del proceso de aprendizaje del alumnado. Sin duda alguna se pueden dar muchos más argumentos, pero sólo se trataba de un comentario a dicha entrada. Seguro que tú puedes aportar muchas más razones. Escribelas en los comentarios a esta entrada. Os trascribo a continuación mi breve reflexión.
"Medir, comparar y clasificar… Verbos que se empleaban en los inicios de
los ochenta del siglo anterior y que venían asociados a la programacion
por objetivos, operativos, claro.
Recuerdo que en Magisterio nos recomendaban estudiar a Mager y así
aprender a formular este tipo de objetivos de forma adecuada: verbo que
reflejara una conducta observable, criterio de evaluación o logro
claramente explicitado y las condiciones en que se debía alcanzar. Dicho
de otro modo, se trataba de una evaluación casi de laboratorio, donde
la “presunta objetividad” debía primar ante todo. Lo que no se pudiera
obervar y medir de forma objetiva no se programaba… Este tipo de
evaluación respondía a una concepción del proceso de aprendizaje del
alumno puramente conductista. Ante el mismo estímulo y en las “mismas”
condiciones todos los alumnos deben responder de la misma manera…
La evaluación consistía en que el docente debía marcar los objetivos
logrados, en función del número de objetivos conseguidos se otorgaba una
nota numérica. La evalaución estaba excesivamente tecnificada…
Este sistema venía asociado a los llamados “Programas Renovados” que
venían a sustituir a las orientaciones pedagógicas derivadas de la Ley
General de Educación (1970).
Pasados más de cuarenta años, la LOMCE vuelve la mirada atrás,
recupera estos conceptos ligados a la evaluación, medir, comparar y
clasificar, muy en consonacia con las pruebas PISA, y además, en línea
con la filosofía de estas pruebas, prevee similares y estandarizadas en
3º y 6º de primaria.
Ahora se camuflan algunos conceptos, pero básicamente es lo mismo. Se
busca la objetividad, en base preservar los derechos de los alumnos,
pero en realidad se busca el control en que se evalúe todo, todo lo que
se pueda medir, faltaba más…
Como indica Miguel Ángel, solo tienen importancia tres componentes
del curriculum (matemáticas, lenguaje y ciencia). ¿Qué sucede con la
música, el arte, el dibujo, la educación física…? ¿Qué sucede con el
ámbito emocional?… Lo que no se puede cuantificar, no se valora, o quizás
resulta muy complejo valorar estos ámbitos con pruebas estandarizadas y
normalizadas (escritas para que todos la realicen a la vez) y no se
realizan.
Y finalmente, yo no he nacido en Finlandia, soy español, las
temperaturas de nuestro país no son las mismas, la filosofía de la vida
es distinta, nuestro carácter es diametralmente opuesto, las condiciones
de nuestro alumnado y de nuestras instituciones son diferentes,… luego
no comparemos porque no partimos de las mismas circunstancias. Seguro
que los finlandeses envidian muchos aspectos de nuestro modo de vida, de
nuestras costumbres y de nuestra geografía…"
1 comentario:
¡Cuánta razón amigo! Con lo difícil que es realizar una evaluación objetiva, sin tener en cuenta otros aspectos, tan importantes o más, que los demás. El autocontrol y la autorregulación ante los conflictos, ¿eso por qué no se evalúa? El esfuerzo, la creatividad, la solidaridad, el compañerismo, el trabajo en equipo ¿eso por qué no se tiene en cuenta? Con el tiempo, nuestros alumnos/as terminan los estudios, y parece que lo único importante es lengua, matemáticas y ciencias, y encima, pruebas estandarizadas para todos, cuando en nuestro currículum, nos dice, que adaptemos el proceso de enseñanza-aprendizaje a las características de nuestro alumnado. ¿Incongruencia? Luego lees, y resulta, que las empresas tienen una serie de requisitos para contratar a sus trabajadores, es necesaria una formación adecuada, ¡nadie lo duda!, pero entre ellos, podemos encontrar: Autocontrol y autorregulación para la resolución de conflictos, capacidad de adaptación ante los cambios, Habilidades interpersonales: imprescindibles para trabajar en equipo, capacidad de innovación y creatividad. ¿La escuela prepara para la vida? ¿Este tipo de evaluaciones sirve para algo? ¿Para que valen los ranking entre colegios? Si cada uno tiene un contexto y unas características socioeconómicas diferente. En fin, muchas preguntas inundan mi cabeza, muchas. Y hay muchos días que no entiendo nada. Un fuerte abrazo Juan Carlos.
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